viernes, 18 de septiembre de 2009

A nadie le gusta ir a la playa y parecer Blancanieves, así que muchos comienzan a ponerle remedio ahora. Sin embargo, nuestra piel tarda en dejarse querer por el sol.

Actualmente existen diversos métodos para ponerse moreno sin salir de casa, como las cremas autobronceadoras o a los sprays. Los más radicales e impacientes recurren a las cabinas de rayos uva, aunque el color también tarda en coger.

¿Cómo ahorrarnos esos primero días de impaciencia y conseguir un bronceado saludable? Muy fácil, con pastillas bronceadoras.

Se trata de un compuesto químico a base de antioxidantes como el betacaroteno o el licopeno, así como también diversos aceites naturales que, ingeridos en forma de pastilla, estimulan la producción de vitaminas.

Las vitaminas A, C y E ayudan a su vez a activar la producción de melanina y favorecer que, en nuestras exposiciones al sol, nuestra piel aproveche todos sus beneficios. No sólo eso. Las pastillas bronceadoras, aunque dependerá de la marca, dotarán a nuestra piel de una mayor resistencia a los rayos UV y la mantendrán más hidratada durante las jornadas maratonianas de playa.

De todos modos, las pastillas no excluyen el uso de cremas protectoras solares. Aunque parece ser que la gente se quema menos al sol después de usarlas, las pastillas sólo ofrecen alrededor de un 20% de protección frente a los rayos solares.

El mercado es rico en productos de este tipo, aunque los más destacados son Arkosol, Innéov Solar Integral, y Galénic Complemento alimenticio triple acción. La dosis varía según la casa, de las cuatro diarias de Arkosol a la única de Inneóv. No obstante, todas coinciden con la necesidad de empezar a tomarlas varias semanas antes de empezar a ir a la playa para ver mejores resultados.

Fuente: Mensencia

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