Yo Metrosexual

Cuatro años de calma en Jil Sander son demasiados si vemos la historia de desavenencias que derivaron de los continuos enfrentamientos entre el diseñador alemán y el CEO de Prada, Patrizio Bertelli, marca que la había comprado en 1999. En 2005 al final acabó todo y Raf Simons entró en sustitución del diseñador alemán, quien de nuevo se había marchado por los roces con los italianos. Precisamente es en la Semana de la Moda de Milán donde Jil Sander vuelve a presentar su próxima colección para el Otoño-Invierno 2009/2010.

Simons está en su mejor momento, y no hablo ya de sus genialidades bajo Fred Perry, sino de su trabajo como director creativo de Jil Sander. En Milán sus propuestas volvieron a basarse en lo que hemos visto hasta ahora: la reformulación del negroy del gris.

En este caso Simons no quiere hablar de crisis, sino de vuelta a la esencia de la moda masculina y presentar algo potente. La colección vista nos da más la sensación de lo primero, de modelos serios y formales para mantener cierta cuota de mercado sólo que la clase que desprende cada conjunto es espectacular.

Es una línea ready-to-wear para quien se lo pueda permitir. Los abrigos de tres cuartos se alternan con los más cortos. Cintuas más entalladas y caida de hombros perfecta, al igual que los cortes. Como prenda más arriesgada abrigos cortos de doble botonadura de varios colores apagados.

En los trajes pasa algo parecido, con la opción tanto de chaqueta cruzada o clásica de dos botones, todas combinadas con jerseys de cuello altos. Los colores: el negro o el gris.

Los pullovers son impecables, de finos tejidos, en gris con cuellos redondeados o bien de cuello alto (en negro). Mangas más largas de lo habitual y con la supresión de la camisa como prenda complementaria.

Ya por último a destacar los zapatos clásicos, todos en negro, finos cordos y de charol. Todo ello da como resultado una colección soberbia. La crisis asumida con los modelos tradicionales pero sin caer en el aburrimiento de otras firmas.

Fuente: mensencia